Cuando la presentamos en sociedad, Amaroo no tenía nombre. Costó encontrarle un nombre que nos gustara. Costó sentirla como casa. Una vez que nos sentimos a gusto, el nombre llegó sólo. Bueno, no sólo como por arte de magia, si no que busqué mil palabras entre las cuales apareció Amaroo que además de gustarnos la palabra también nos gustó su significado “lugar precioso” en alguna de las tantas lenguas aborigen de Australia. Amaroo fue nuestra casita viajera por 6 meses. Hicimos juntos 7mil kilómetros en este extenso país. Sigue leyendo
Australia
Los Australianos
Hace 10 meses que estamos en territorio Australiano. Bueno, si no contamos el mes que estuvimos de paseo en India, hace 9 meses que andamos por acá.
Nueva Zelanda fue nuestro primer contacto con una cultura tan distinta a la nuestra, con otro idioma, y otras reglas de convivencia. La llegada y el lograr acomodarnos en ése país, no fue cómodo ni rápido. Pero al llegar a Australia nos sentimos como en casa. No todo nos sorprendía. Ya sabíamos para qué lado mirar al cruzar la calle, ya sabíamos que dominamos bien el idioma, y después de tantas llegadas a tantos otros países, llegar a un país donde el orden prevalece en la mayoría de las cosas, hace que todo sea más simple, menos caótico y con mucho menos estrés. Hasta un tanto aburrido, podría decirse.
Hacia el salvaje Outback.
Australia demostró ser totalmente lo contrario a lo que nos habíamos imaginado. Australia es complicada. Es un país enorme. Las distancias no son lo que pensás, son 10 veces más. Australia está compuesta por sólo 7 estados (son 6 estados y un territorio). Así de complicada es Australia que cada estado es como ir a un país nuevo, cada uno con sus reglas, sus leyes, sus patentes, nada está unificado, sólo la moneda y el Primer Ministro jaja. Australia tiene los animales más venenosos y peligrosos del mundo. Cocodrilos de agua salada y dulce. Tiburones de todos los tamaños y colores en todas sus costas. Aguas vivas de las más mortales. Víboras y serpientes. Incluso hay hormigas que tienen un veneno tan poderoso que pueden provocar un ataque anafiláctico en algunas personas y provocar la muerte. También hay arañas chicas y grandes. No hay ambiente en éste mundo rojo donde no haya una araña. Nunca estás solo, sábelo. Y así de complicada y todo, nos encanta. Sigue leyendo
La Costa Este.
Llegar a la costa significó el fin de muchas cosas y el principio de otras.
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Las Montañas Azules de Australia
Miraba el paisaje, encantada por los colores que el sol que caía en el cielo le daba a todo lo que tenía a su alcance, y por la profundidad que le daba la sombra al resto del paisaje. Respiraba ése aire, y obstruía los ruidos de las otras personas, que eran unos cuántos, y pensaba «éste lugar, con tantos otros, me encantaría guardarlos en secreto». Imposible. Pero no tanto.
Todavía no tiene nombre…
Casi tal cual, como cuando se es niño uno quiere, desea y sueña con ser adulto; y al convertirse en adulto, uno quiere volver el tiempo atrás y desear nunca dejar de ser niño, hoy nos pasó algo similar, pero por suerte, por unos segundos.
Punto y aparte.
Melbourne, viene a ser, como nuestro señalador de libro. Nos marca distintos capítulos del viaje que podríamos nombrar «Australia».
Viajando en el tiempo
No se necesita ningún tipo de máquina para viajar en el tiempo. Sólo se necesita volver a lo
esencial y a lo básico.
Un nuevo comienzo
Y siempre me termina pasando lo mismo. Dejo pasar el tiempo para contar algo más contundente, y me olvido, o me cuelgo, o quién sabe qué, y el tiempo que pasa es tanto y hay tantas cosas o cositas por contar, que no sé por dónde empezar, y termino haciendo un no-tan-mini resumen de lo que hemos estado vivenciando, y después el tiempo sigue pasando y me olvido de contar las profundidades existenciales con las que convivimos y que en cierta forma hacen al viaje. Perdón por eso. Perdón a ustedes, y a mí misma.